viernes, 19 de agosto de 2016

1987. segundo premio



Explícitas relaciones entre literatura juvenil, docencia, escuela y valores aparecen en las presentaciones del segundo premio anual de literatura juvenil (1987).  En la presentación de Sucedió en el valle, el paratexto de profesor señala las características deseables para un autor de literatura juvenil: “un adulto que estimula, promueve, despierta, facilita y espera. Concibe sus novelas como concibe el mundo: sin terminar. Y tiende al lector joven una mano para invitarlo a ser protagonista”. Un adulto animado por “el espíritu docente”
. Esta presentación tiene, además, un apartado que bajo el subtítulo de “¿Qué es la literatura juvenil?” cruza las voces de la anotadora y del autor para definir el producto editorial. Una novela juvenil apunta más allá de lo puramente literario y, por medio de una anécdota llevadera debe conducir al lector a otra dimensión, en la que quizás se descubra revisando valores.

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