En los treinta y pico de años transcurridos,  LyC crea un catálogo y un género.

Este género, la novela para jóvenes en la escuela sigue ocupando el lugar de la narrativa larga contemporánea argentina ya que la colección no incluye novedades de este tipo editadas para un público general.

En los estudios preliminares, sin embargo, pone en diálogo a estas producciones con la tradición literaria argentina como un modo de legitimación posible mientras se aleja de la insistencia en la identificación entre el público lector y el mundo narrado.

Propone, además en esos mundos protagonizados por jóvenes y que se mantienen dentro de una estética realista  -y esto es una continuidad- temas conflictivos de la realidad social que resultan alejados no solo de los primeros títulos juveniles de la colección sino de los de otras colecciones para la escuela. 

Las presentaciones de los libros participan del sistema de la literatura general y sus autores publican en colecciones distintas a LyC libros para adultos. Algunos de los libros, como El infierno de los vivos,  de Barberis, se proponen ser filmados. 
 

Leídos estos últimos títulos contra el fondo de las distopías como género privilegiado de la literatura juvenil fuera de la escuela, LyC en su producción en el género juvenil parece afirmar que el horror de las distopías ya está entre nosotros y es un tema posible para los jóvenes que están en la escuela.